En la entrada anterior hablaba de
la ansiedad en los niños, y es que a veces, es difícil saber cuándo se trata de
un problema más serio (aunque no deja de ser cotidiano) y se necesita la ayuda
de un profesional para resolverlo. Pues
bien, existen ciertos comportamientos, actitudes y síntomas que nos indican que
nuestro hijo/a puede necesitar la ayuda de un psicólogo/a infantil.
En primer lugar, su estado de
ánimo nos dará mucha información. Las rabietas
en niños/as en edad infantil son totalmente normales pero si observamos que son
tan intensas y duraderas (rabietas a
diario, varias veces al día) que sientes que escapan de tu control, quizás
necesites una ayuda adicional. Hay niños/as que, de manera natural hacen una
buena gestión del enfado y la frustración pero hay otros/as a los que les
cuesta más, por eso, debemos ayudarles. En niños/as de entre 6 y 12 años, los
trastornos del estado de ánimo como la depresión,
pueden mostrarse a través de síntomas como irritabilidad
persistente, falta de motivación, malas
contestaciones y anomalías en los patrones del sueño y la alimentación.
Por otro lado, si observamos que
los niños/as muestran más preocupaciones
que los demás, éstas son exageradas
o que incluso parecen preocupaciones de una persona adulta, somatiza dolores en alguna parte del
cuerpo o tiene problemas para dormir,
podríamos estar ante un niño/a demasiado ansioso/a,
lo que quiere decir que no hace una buena gestión de los miedos y no interpreta
adaptativamente los hechos que ocurren a su alrededor. Aquí debería trabajarse
la manera en la que piensa, ya que nos sentimos en función de lo que pensamos,
es decir, enseñarle a interpretar las cosas que suceden a su alrededor de una
forma realista y sana. Por supuesto, sin olvidar otras técnicas que nos poder
ser de gran ayuda como la relajación o el entrenamiento en respiración lenta.
Asimismo, aunque los niños/as es
normal que presenten miedos en la
infancia, si observamos que uno de ellos es tan persistente y acusado que le impide hacer vida normal o alguna
tarea cotidiana (como por ejemplo, tanto miedo a ir a la escuela que le impide
hacerlo, tanto miedo a la oscuridad que le impide moverse por casa de noche o
tanto miedo a los perros que no permite que vayáis a lugares donde puede
haberlos) puede tratarse de una fobia,
y requiere de su tratamiento por un profesional de la psicología infantil.
Otro de los aspectos que puede
causar problemas, es una falta de
control de esfínteres. Todos intentamos que deje el pañal antes de entrar a
primero de infantil pero hay niños/as que no consiguen hacerlo o dejan de
hacerlo por una temporada pero después vuelven a perder el control. Es normal
que sigan haciéndose pipí por las noches durante algún tiempo o de manera
esporádica, al igual que puede que se les escape el pis o la caca en el colegio
o en alguna situación puntual. Sin embargo, si observamos que es continuo y causa molestias tanto en el
niños/a como para los padres, conviene pedir ayuda para poner un remedio si no
podemos hacerlo por nosotros mismos. Detrás de ello, podría haber un problema
en el colegio, ansiedad, llamadas de atención, celos… (siempre y cuando se
descarte un problema médico).
Y por supuesto, también podemos
pedir ayuda a un profesional cuando observamos un rendimiento académico muy
deficiente, pues habría que estudiar la causa para poder ayudarle a remontar.
En definitiva, existen varias
situaciones cotidianas que pueden crearnos malestar tanto a los niños/as como a
los padres y con la ayuda de un profesional de la psicología infantil se pueden
resolver en un espacio breve de tiempo e incluso puede prevenir que aparezcan
en un futuro o se agraven.